ROMERO, SALVIA ROSMARINUS


De nombre científico: Rosmariuns Officinalis. Es un arbusto aromático de hoja perenne, perteneciente a la familia de las aromáticas labiadas.

HOJAS

Sus hojas son finas y numerosas, con flores de colores rosas, blancas y azules.

CRECIMIENTO, DIMENSIONES

Es habitual que las plantas de romero en nuestra aldea crezcan hasta alcanzar el metro y medio de altura si conseguimos grandes densidades.

SUSTRATO, SUELO

Plantemos el romero en una maceta con sustrato que permita un fácil drenaje del agua. El sustrato que sea poroso. La maceta que tenga grava en el fondo, y al menos 40 centímetros de profundidad.

En los bosquecillos encontraremos romero creciendo silvestre en suelos calcáreos. En nuestra maceta podemos meter sustratos neutros. Quiere suelos pedregosos y permeables, y rechaza los suelos arcillosos.

Conviene reponer el sustrato cada año, antes de la primavera. Al sacarlo de la maceta podrás aprovechar para podar raíces más gruesas y el follaje, y así sanearlo para su crecimiento primaveral.

UBICACIÓN

Al romero le gusta la luz del sol, aproximadamente 6 horas diarias. Pero si tenemos un verano de altas temperaturas agradecerá que le busquemos un lugar donde también disfrute de la sombra.

Si tenemos heladas con temperaturas inferiores a los -1º centígrados, mete el romero en casa cerca de alguna ventana donde pueda seguir recibiendo el sol sin riesgo de helarse. Si hace frio por encima de los 0º, puedes dejar el romero al sol exterior cerca de algún muro o árbol que le proteja del raso gélido.

RIEGO

El romero es xerofítico, no soporta el exceso de agua. Prefiere estar seco a estar constantemente húmedo. Riégalo cuando veas que su tierra se ha secado, y espera a que se vuelva a secar hasta el siguiente riego. Un indicio de que no está regado en exceso es ver que la maceta no gotea o gotea muy poco al regar.

ABONO

No quiere suelos fértiles, por lo cual no tendrás que abonarlo demasiado. Prefiere suelos pobres y ligeros. En primavera u otoño agradecerá unos 2 centímetros de fertilizante orgánico, humus por ejemplo.

PODA

Es bueno podar el romero una vez a año, antes de la primavera, que es cuando más crece el romero, cuando las temperaturas no sean extremas y sin riesgo de heladas: ni por debajo de 0ºC, ni cuando hace demasiado calor.

El romero tiende a crecer a lo alto, pues es un arbusto. Si no lo podamos, sus ramas tenderán a crecer y pueden caer por el peso. Pero hay que cortar con moderación.

Iremos podando las ramas más finas, debilitadas y mal orientadas. También lo cortaremos en altura dejando ⅓ de su longitud para que adquiera más fuerza desde la base formando una copa densa y redondeada, dejando 30 centímetros mínimo de planta desde su base. Y es conveniente cortar más de 1 vez al año los extremos de las ramas, para que el romero se sanee y vigorice.

Utilizaremos para la poda una herramienta que corte limpio, que no deje filamentos del tallo.

Cortaremos las hojas que dejaremos secar para infusiones al final del verano, sin riesgo de heladas, y siempre dejando un mínimo de 30 centímetros de altura de la rama cortada.

Si la planta se debilita en exceso, y como única opción para su salvación si la vemos avocada a su muerte, le haremos una poda más rotunda pero arriesgada: la cortaremos un poco más, a unos 20 centímetros del suelo, para forzar su regeneración.

CLIMA APROPIADO

Al romero no le gustan las temperaturas extremas: no soporta las heladas ni estar a pleno sol mucho tiempo cuando las temperaturas son demasiado elevadas. Prefiere los climas templados. Por eso, si hace demasiado frío o demasiado calor, debemos proteger nuestro romero, dándole cobijo a un interior luminoso en invierno, y facilitándole más sombra en verano.

REPRODUCCIÓN

Aprovechando la poda podemos obtener esquejes de romero, que enraízan con bastante facilidad sin necesidad de hormonas.

BENEFICIOS: MEDICINALES, ALIMENTICIOS, ETC.

Usamos nuestro romero como condimento alimenticio, con propiedades beneficiosas para la salud.

Combina muy bien con el tomillo y el laurel. Nos gusta el sabor que deja en nuestros estofados, ya sean de carne, de pescado o de verduras. Lo usamos también en nuestros encurtidos y adobos.

El uso del romero en nuestras comidas y como infusión favorece nuestra digestión contra exceso de gases, bilis…

Como ungüento, ya sea aceite o alcohol, nos ayuda como antiséptico cutáneo y antiinflamatorio muscular.

Como aroma, influye en nuestra capacidad de recordar.

PRECAUCIONES EN SU USO

No ingieras romero si padeces de cálculos biliares.

Como en todo, tampoco es conveniente abusar de su ingestión, pues empeorará el funcionamiento de tu sistema digestivo, sobre todo en niños.

No está recomendado su uso en periodos de embarazo y lactancia porque puede afectar al sistema hormonal femenino.






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