LAVANDA: LAVÁNDULA ANGUSTIFOLIA

La lavanda auténtica, lavándula angustifolia en científico, es un arbusto macizo, de setos bajos. Su familia es la menta, y tiene parientes cercanos entre hierbas usadas para cocinar como el orégano, el romero, la salvia...

HISTORIA:

La lavanda procede de tierras mediterraneas y del norte de África hasta las islas Canarias.

Desde Grecia hasta Egipto. En Grecia aprovecharon sus efectos relajantes. Y en Egipto, hace más de 2500 años, ya se utilizaba la lavanda como perfume y elemento a usar en sus momificaciones.

Sus propiedades relajantes eran ya valoradas por los habitantes de los imperios romanos cuando Cleopatra reveló sus encantos con olor a lavanda a Marco Antonio. Y fue el latín el que puso su nombre a la lavanda, de “lavare”, lavar, porque a los romanos les gustaba el aroma que dejaba en sus prendas y cuerpos cuando con ella lavaban y guardaban sus ropas y sus cuerpos.

La lavanda acompaño a María cuando ésta bajór a su hijo Jesús de la cruz y le preparó para la resurrección, según refieren textos del Nuevo Testamento según San Juan.

En la peste del siglo XVI, los médicos usaban lavanda para tratar de evitar los contagios: mezclaban lavanda con alcohol para sus manos, y rellenaban con lavanda las máscaras picudas con las que se enfrentaban a la enfermedad.

Tenemos pistas de que en el siglo XVII las madres se ayudaban del agua de lavanda para calmar a sus niños cuando éstos se ponían demasiado nerviosos. Desde entonces el efecto calmante de la lavanda ha sido valorado.

Fue en el siglo XX cuando se retomó la lavanda para su uso en la higiene, la cosmética y la farmacia.


SIEMBRA Y CULTIVO:

La lavanda quiere crecer con una distancia entre plantas de 40 a 50 centímetros. Pero aisladas llegan a ser preciosas y enormes. A los 3 años consigue su máximo esplendor como arbusto con flores.

CRECIMIENTO:

Suele medir hasta 1 metro de altura.

TEMPORALIDAD:

La primavera y el principio del otoño son las mejores estaciones, lejos de las heladas, para hacer los trasplantes.

SUBSTRATO, SUELO:

Tierra bien drenada. Prefiere los suelos calcáreos. No le gustan los suelos arcillosos.

UBICACIÓN:

Quiere mucho sol. No le gusta la humedad.

RIEGO:

Sólo quiere ser regada cuando su tierra está seca, no le gusta estar encharcada. Si tiene exceso de riego o mal drenaje le saldrán hongos y morirá.

ABONO:

No pide abonos ni fertilizantes artificiales, prefiere terrenos con sus propios nutrientes.

PODA:

La poda es importante para mantener sana una planta de lavanda.

La primera poda de la lavanda: se puede hacer al primer año de vida de la planta o 1 año después de un trasplante, en los meses de primavera, mejor en abril o mayo, cortando los tallos sin flores aproximadamente a la mitad de su altura, para que salgan nuevos brotes que florecerán.

Luego pedirá una poda de mantenimiento, cuando sus flores de primavera se marchitan. Entonces cortaremos los tallos florales a ras del suelo. Y los brotes sin flores se cortan por sus extremos unos 5 ó 10 centímetros.

FLORACIÓN, FRUTOS:

Entre junio y septiembre florece. Su floración, en verano, se mantiene durante 1 mes, con un follaje esférico de colores que van del gris azulado al verde plateado, y con unas pequeñas pero abundantes flores de color lila.

CLIMA APROPIADO:

Puede resistir temperaturas extremas frías hasta los -20ºC. Aunque es una planta que se ha adaptado a climas continentales con fríos y calores extremos, prefiere los climas más templados y soleados con inviernos suaves.

REPRODUCCIÓN:

Para reproducir la lavanda se hace por esquejes, cuando el clima esté templado: ni frío ni calor. Es mejor ayudarse con hormonas enraizantes. También las macetas en cuya tierra meteremos el esqueje, mejor que sean de barro y de buen drenaje, aunque las de plástico también funcionan. Una vez plantado el esqueje, regar con poca agua sin encharcar. Tardarán entre 4 y 6 semanas en echar raíces

PLAGAS, ENFERMEDADES:

Tiene buenos amigos entre las mariquitas y las crisopas, que se comen a sus plagas, los cicacélidos o saltahojas, antes de que enferme y muera. Si sus amigos no dan abasto comiendo a sus enemigos, habrá que cortar las plantas infestadas para que no contagien a sus compañeras lavandas cercanas.

Al escarabajo de la lavanda le gusta vivir entre sus hojas mientras se las comen: entonces habrá que cortar las hojas donde vive el glotón o usar algún insecticida especial para ello.

BENEFICIOS

Es considerada la planta mejor asociada a los insectos que influyen en el huerto: atrae a los insectos polinizadores, y repele a los insectos perjudiciales.

Tiene propiedades medicinales como infusión: el té de lavanda, hecho con sus flores, relaja. Se suele tomar añadida a otros tés para conseguir sabores más vivos. Además es antivírica, antibacteriana y antiinflamatoria: ayuda a combatir los resfriados.

Su aroma es relajante, en versión natural (sus hojas y flores) y en versión de aceite esencial. El mejor aceite de lavanda se obtiene con sus flores. Los tallos también se aprovechan para extraer aceite, aunque resulta de menor calidad.

En la cocina también es usada la lavanda para experimentar, como condimento y especia que mejora el sabor de algunos platos. Para esto se prefieren los tallos y las hojas más que las flores, y combina muy bien con el romero.

ALGUNA CURIOSIDAD:

El significado de la flor de la lavanda es éxito, pero también desconfianza: a veces ambas cosas deben ir unidas para funcionar.

Cuando regalas lavanda estas deseando paz y tranquilidad a esa persona.

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