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EL CIRCO DE LAS MARIPOSAS (CORTO, DE JOSHUA WEIGEL)

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 ...el secreto también está en rodearnos de buena gente que nos invite a encontrar entre ellos nuestro lugar en el mundo: está difícil, pero no imposible.

FUNAMBULISTA: ME INVENTARÉ

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Para los niños de todas las edades: que siempre exista alguien o algo que pueda arreglar las fisuras de nuestro corazón...  

CHUCHE SOBRE LA FELICIDAD

 Quédate sólo con lo que te hace feliz... ...con Alas Mizaru

MARIE KONDO: EL ARTE DEL ORDEN

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El arte de ordenar tus objetos te ayuda a ordenar tu vida. Ordenar con arte es hacerte feliz...  ...para nuestro instituto.

EN UN LUGAR DE CANARIAS

Los tinerfeños han disfrutado del cante y el baile desde los tiempos antiguos de los guanches. En el reino guanche, con el menceyato del Gran Tinerfe, se cantaba y se bailaba cuando se reunían con motivo de las juntas generales. Aquellas reuniones se convertían en festejos donde, además del cante y el baile, se disfrutaba de la compañía vecinal entre buenas viandas. Este menceyato es este lugar de Canarias, al suroeste de la isla de Tenerife. Este lugar era muy conocido en tiempos de los guanches. Era el reino guanche más importante de Tenerife, donde residía Tinerfe el Grande, rey guanche de toda la isla de Tenerife. Los bailes y cantos guanches se mezclaron con las influencias foráneas después de la colonización del siglo XV. La influencia española es la que más se nota, por la similitud de las fiestas municipales isleñas con los festejos de los municipios peninsulares. Las romerías, los festivales foklóricos anuales de los pueblos, y los bailes joteros, son tan habituales en los pue...

JAY WADLEY

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 Con este piano de fondo y conduciendo, las ruedas se convierten en alas... ...para nuestra biblioteca.

TAMBORITO Y ESPINA: LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

Tamborito repasa su traje regional frente al espejo, rollizo, con sus pequeños ojos de mirada profunda, satisfecho de cómo lucirá con el grupo folclórico donde canta. Se ajusta el pañuelo rojo al cuello, se recoloca el chaleco, se mira por delante y por detrás su pantalón bombacho. Entona un suspiro al tiempo que reajusta la faltriquera bajo la faja. Mira y remira que a sus calzas blancas no se le hayan soltado ningún punto. Por último, se acopla el sombrero sobre el pañuelo de bandolero serrano.   Sale de la casa hacia el garaje del enorme patio. Tamborito elige hoy el todoterreno... ¿Continuará...?